Primero, un poco de historia sobre las estaciones de bombeo en los Países Bajos.

La habitabilidad y la calidad de vida en los Países Bajos dependen en gran medida de la protección de dunas y diques y, por último, pero no menos importante, de la gestión hídrica. El drenaje es vital en este sentido. Además del drenaje natural del exceso de agua, las estaciones de drenaje y bombeo han sido indispensables desde principios de la Edad Media. Inicialmente, se trataba de simples instrumentos accionados por el hombre, los animales o el viento; desde aproximadamente 1750 en adelante, surgieron instalaciones mecanizadas y automatizadas cada vez más sofisticadas, grandes y pequeñas, de las cuales aproximadamente 4.500 están actualmente en funcionamiento en los Países Bajos.

Esta ruta de dos días nos lleva por nueve estaciones de bombeo de vapor declaradas monumentos nacionales, siete de las cuales siguen operativas, por ejemplo, durante las fuertes lluvias. Puede encontrar información sobre las distintas estaciones de bombeo en el sitio web de la NGS, la "Nederlandse Gemalen Stichting" (Fundación Holandesa de Estaciones de Bombeo) (ver enlaces).

Además de las estaciones de bombeo, también hay museos y otras atracciones a lo largo del camino. La ruta discurre por carreteras provinciales, caminos rurales y hermosos diques sinuosos. Pasará por numerosos lagos y atravesará pólderes, bosques, prados y reservas naturales. Recorrerá ocho provincias. A lo largo del camino, tendrá numerosas oportunidades para parar a comer o tomar algo. Cada pueblo cuenta con una cafetería-restaurante o un snack-bar, señalizados con puntos de interés a lo largo de la ruta.

Recorreremos el hermoso parque natural de Veluwezoom, que abarca más de 5000 hectáreas y forma parte de Veluwe, una gran reserva natural contigua. Aquí encontrará una naturaleza prácticamente virgen con bosques, brezales, bancos de arena y fincas. El relieve característico de Veluwezoom es su accidentado relieve. En ningún otro lugar de Veluwe encontrará tantas colinas y vistas tan impresionantes. Desde el Posbank, por ejemplo, podrá ver hasta Alemania con buen tiempo. Conduzca con precaución y disfrute de este hermoso parque. Tenga cuidado con la fauna y los ciclistas. El parque está cerrado al tráfico motorizado los fines de semana y durante eventos; luego deberá tomar la N785 hasta De Steeg para retomar la ruta.

Recorremos el hermoso parque natural Sallandse Heuvelrug, situado entre las ciudades hanseáticas de Deventer y Zwolle por un lado, y Twente por el otro. La zona, que data de la Edad de Hielo, abarca nada menos que 26 colinas, el río Regge y el brezal seco contiguo más grande del noroeste de Europa. Parte de la zona es un Parque Nacional, hogar de flora y fauna excepcionales, como el gallo lira y el chotacabras. Esta belleza natural, junto con su historia y patrimonio cultural, convierte a la zona en un lugar sorprendente y único en los Países Bajos.

A lo largo de la ruta, hay otros lugares que merecen la pena visitar, como el Museo de Naturaleza Holterberg, uno de los más antiguos y famosos de los Países Bajos. El museo es famoso por sus dioramas a tamaño real, que transportan a los visitantes desde Sallandse Heuvelrug hasta el Mar de Frisia, el Veluwe e incluso los Alpes suizos. El Museo de Naturaleza Holterberg cuenta con una de las mayores colecciones de especies animales europeas, con más de 1000 animales, desde el pájaro cantor más grande de los Países Bajos hasta el único mono europeo.

Otra visita obligada es el Museo Holandés de la Máquina de Vapor, una joya escondida en el dique entre el pólder y el IJsselmeer, a las afueras de Medemblik. Aquí encontrará una colección única de máquinas de vapor y maquetas de vapor en una antigua estación de bombeo. Experimente la tecnología pura de mecanismos visibles, audibles y olfativos, impulsados por agua y fuego. Descubra cómo funcionan las máquinas de vapor y el papel que desempeñaron en la Revolución Industrial y la lucha contra el agua. La entrada cuesta 12 €.

El recorrido finaliza en Almere-Haven, la zona más antigua de la ciudad de Almere, en el Flevopolder. La provincia de Flevoland es tierra recuperada del mar y se encuentra aproximadamente a 5 metros bajo el nivel del mar. Sin los diques y las estaciones de bombeo, esta ciudad no existiría. Disfrute de una deliciosa comida en uno de los restaurantes del bulevar de la dársena del puerto.