La excusa de la ruta es visitar Mequinenza aunque en realidad lo divertido y apasionante son las carreteras y las vistas a los pantanos.

MEQUINENZA:
Una población a orillas de tres ríos que forman una de las confluencias fluviales más grandes de Europa. Su casco antiguo fue inundado para construir el inmenso embalse que lleva su nombre, popularmente conocido como Mar de Aragón.
El imponente castillo de Mequinenza vigila el nuevo casco urbano de la localidad, construido en los años sesenta. Además de un agradable paseo, Mequinenza te ofrece tres espacios museísticos de gran interés, son los museos de la Minería, de la Historia y de la Prehistoria.
Al estar emplazada entre dos grandes masas de agua, el embalse de Mequinenza (conocido como Mar de Aragón) y el embalse de Ribarroja, Mequinenza se convierte en un destino difícil de rechazar para los amantes de la pesca (carpa, black-bass, lucio-perca, siluro…) y de los deportes náuticos.
Asimismo, la localidad ofrece uno de los mejores campos olímpicos del país para la celebración de regatas (remo y piragüismo).

Es interesante el paso por los diversos embalses:

EMBALSE DE UTXEA:
El Espacio Natural Protegido de Utxesa es uno de los enclaves de la Catalunya interior que, gracias a su embalse, presenta más interés ornitológico, tanto por la diversidad de las aves acuáticas migratorias y sedentarios que se encuentran como por la vegetación de ribera húmeda, la cual es de características inigualables en un territorio de carácter pseudoestepario.
Por un lado, el entorno del embalse de Utxesa, aprovechado como explotación hidroeléctrica y que proporciona agua a varias urbanizaciones, constituye una muestra muy importante del relieve tabular propio de las tierras de poniente. Por otro, la masa acuática del embalse y su entorno constituyen un importante hito paisajístico en todo este sector.
Pasan caminos para hacer senderismo y BTT, zonas de observación de aves y han sobrevivido diferentes testigos de importante valor histórico y cultural, como la ermita de Carrassumada, el castillo de Sarroca de Lleida o la Creu de Terme.


EMBALSE DE MEQUINENZA:
La inmensidad del embalse alberga centenares de calas, especies acuáticas, senderos y algunas sorpresas, como los restos de la ermita y el convento de la Magdalena en la isla del mismo nombre; un lugar con magia y cierto halo de misterio. No en vano se hacían exorcismos en el lugar, uno de los más fotografiables del entorno.


EMBALSE DE RIBARROJA:
En la confluencia de los ríos Ebro y Matarraña se localiza el punto de menor altura de Aragón, el embalse de Ribarroja, a unos 70 metros de altitud. Desde la ermita del Pilar se aprecia en toda su magnitud el embalse y sus afecciones. Cerca también hay lugares de interés como el mausoleo de Fabara, el mejor conservado de España.


EMBALSE DELS GUIAMETS
El Embalse dels Guiamets, que se encuentra en la parte sur de la comarca del Priorat, recibe las aguas del torrente de Capçanes. Es un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza donde se puede observar una gran variedad de aves como la garza real, la garceta, el cuervo marino o el pato de cuello verde.
También se puede practicar el piragüismo. La empresa Servikayak se dedica al alquiler de kayaks para disfrutar de este magnífico entorno. Dispone además de una zona con hamacas y una mini-pisicna para los más pequeños.
Para llegar hay que coger el primer camino cimentado que sale a la derecha desde la carretera que va dels Guiamets a Capçanes.


EMBALSE DE RIUDECANYES:
Riudecanyes es un pequeño municipio situado en el interior de la costa de Tarragona, justo en la comarca del Baix Camp. Se encuentra situado en un lugar ideal, a caballo entre la montaña y el mar, que se encuentra sólo a 10 kilómetros.
Riudecanyes se caracteriza por tres elementos esenciales que hacen que sea un pueblo original. En primer lugar las calles, todas ellas llevaban los nombres de los días de la semana, pero desde hace un tiempo se ha tenido que ampliar la nomenclatura de las calles ya que han aumentado en número. En segundo lugar destaca el embalse de Riudecanyes que se encuentra situado entre el pueblo y la sierra y convierte el entorno en un espacio agradable y con un paisaje único donde se puede pasear o disfrutar de los pinares que lo rodean o, incluso, pescar. Y, en tercer lugar, en Riudecanyes encontramos, en la cima más alta de la población, la edificación más espectacular de todo el núcleo: el castillo - monasterio de Sant Miquel d'Escornalbou. De hecho, no nos podemos marchar de Riudecanyes sin visitar el castillo. Éste está fechado del siglo XII y fue impulsado por el rey Alfonso I. Después de pasar por varias manos, el actual propietario ha empezado la restauración intentando mantener el aspecto original, del que aún podemos observar claramente la presencia del estilo románico.
A pesar de estos tres elementos básicos de Riudecanyes, la población ofrece otros elementos que merecen una especial atención, como por ejemplo, la iglesia renacentista de Sant Mateu construida en el 1582. En toda ella se utilizó el mortero y la piedra para hacer la construcción, además de hacer las columnas de piedra picada y las vueltas de ladrillo y tiza. Presenta un altar de 25 metros de alto y originalmente tenía un altar mayor que contaba con ocho capillas y catorce altares.
Por lo que se refiere al entorno, Riudecanyes cuenta con un apreciable paraje natural por el que se puede pasear y hacer rutas. De esta zona podemos destacar la Pineda y la Sureda d'Escornalbou y el parque de les glaneres.