MONTBLANC:
El municipio de Montblanc, capital de la comarca de la Conca de Barberà, posee una situación privilegiada. A una hora de camino desde Barcelona y a media hora del litoral de la Costa Daurada, está en un entorno rural, centro de la Ruta del Cister y puerta del espacio natural de las Montañas de Prades.

Montblanc incluye pequeños pueblos que ofrecen oportunidades para descubrir que el sur de Cataluña está lleno de atractivos naturales y paisajísticos.

Una visita a Montblanc debe empezar por la Oficina de Turismo, el punto de inicio de la amplia variedad de visitas guiadas que se ofrecen. Está ubicada en la antigua bodega modernista. En esta Catedral del Vino, obra de Cèsar Martinell (discípulo de Gaudí), se puede obtener la información imprescindible sobre la villa y el territorio vecino y, a la vez, disfrutar de los vinos de la D.O. Conca de Barberà.
Con la ayuda del plano turístico y la señalización turística urbana se puederealizar el recorrido por una de las Villas con Carácter reconocidas por la Agencia Catalana de Turismo.
El Pont Vell (Puente Viejo), el antiguo hospital de Santa Magdalena y el portal de Sant Antoni son los tres elementos monumentales que dan acceso al recinto amurallado desde hace siglos. Entrar al claustro del antiguo hospital trasporta a una agradable sensación de calma y paz.
Paseando por la calle Mayor se llega a la calle de la Plebania, con escaleras y un par de arcos góticos. Queda justo detrás la iglesia de Santa Maria, la espectacular Catedral de la Muntanya y, a sus pies, el pla de Santa Bàrbara, el montículo que dio nombre a Montblanc (montaña pelada, sin vegetación) y desde donde se puede disfrutar de una magnífica panorámica de la población y la comarca.
Hay que bajar a la plaza Mayor, llena de detalles que os pueden entretener un buen rato, y luego seguir hacia el portal de Sant Jordi, donde según la leyenda tuvo lugar la lucha entre el caballero y el dragón. Por ese motivo se celebra en abril a Semana Medieval, la fiesta de recreación histórica más antigua de Cataluña.
Desde aqui hay tres opciones en función de la época y del momento.
Saliendo a la derecha se puede volver al punto de partida resiguiendo en perímetro de la muralla.
Girando a la izquierda, se encuentra el antiguo convento de Sant Francesc, donde se celebran los eventos turísticos (Brickània, el festival de Lego, en junio; Terrània, el festival de cerámica en septiembre; y Clickània, el festival de Playmobil en octubre).
Desde aquí aún queda un paseo por un tramo de la calle Mayor, la iglesia de Sant Miquel y un poco más adelante el antiguo barrio judío medieval del que se conserva una calle singular.
¿Y subir a la muralla? Desde este punto, resiguiendo la parte interior, lse llega al inicio del tramo visitable. Se puede subir a lo más alto de dos torres y recorrer el paso de ronda. Los meses de julio y agosto la visita se puede hacer sin guía los días laborables. Y todo el año se realiza la visita guiada en sábado, domingo y festivos, una experiencia muy recomendable para conocer mejor Montblanc y acabar fijándose en los pequeños detalles.

AITONA Y SUS FLORES
Aitona es un pequeño pueblo de la comarca del Segrià, en Cataluña, famoso por la floración de sus árboles frutales. Este espectáculo lleno de color que marca la llegada de la primavera es presenciado por cientos de turistas que viajan de distintas partes del país. Los campos de flores que dan tanta vida a la estación son una verdadera maravilla que, un buen amante de los viajes, no se puede perder.
Si bien la floración es el momento estrella del año, Aitona es una localidad para disfrutar en cualquier temporada. La primavera es el momento en el cual es paisaje se tiñe de rosa gracias a las flores del melocotonero; durante el verano, época de la cosecha del fruto, el paisaje se inunda de un intenso verde; el otoño es otro momento mágico en el cual abunda el color ocre; en invierno, en cambio, la niebla de Lleida blanquea todos los campos, dándoles un aire especial.
Aitona se encuentra en la comarca del Segrià, cerca de la ciudad de Lleida. Si bien en diferentes zonas de Cataluña es posible encontrar plantaciones de melocotoneros y otros árboles frutales, Aitona, Torres de Segre y Benisanet son los pueblos con mayores extensiones de estos árboles de fruta dulce. De hecho, por su terreno llano, su clima y la fertilidad de las tierras, esta comarca es especial para la plantación del melocotonero. Tan es así que la población vive principalmente del cultivo de árboles frutales (melocotoneros y nectarinos).

ARBECA, FAMOSA POR SUS OLIVOS Y ACEITE ARBEQUINO
En el siglo XVIII el duque de Medinaceli, señor de Arbeca, trajo de Palestina la variedad de aceituna arbequina, con la que se produce el aceite de oliva de las Garrigues. La promesa de un real de vellón por cada olivo plantado impulsó su cultivo.
Esta variedad está considerada como una de las mejores del mundo, tanto por la producción como por la calidad del aceite. Así, de este municipio toman el nombre las pequeñas y gustosas aceitunas arbequinas, origen del sabroso aceite de la zona.
La villa crece alrededor de un promontorio de 357 metros de altitud. En la cumbre están los restos del antiguo castillo de los duques de Cardona, que tiene el origen en una fortaleza árabe conquistada a mediados del siglo XII.
Arbeca tiene un término con un paisaje contrastado. Por un lado, secano y monte bajo con olivos, almendros, cereales y viñedo. Por otro, en el lado noreste, tierras que el canal de Urgell ha convertido en regadío, con frutales o plantaciones de alfalfa, cebada y trigo. La principal actividad de la villa es la ganadería y la agricultura.
Imprescindibles
- Visitar la cooperativa de Arbeca y los molinos, para vivir de cerca el proceso de extracción del aceite, bien sea de la manera tradicional o en modernas instalaciones, y degustar el mejor aceite del mundo.
- Hacer una visita guiada por el castillo.
- Conocer el poblado ibérico de Els Vilars.
- Descubrir las fuentes y los pozos del término.